Westminster Hall
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El Westminster Hall en Londres es uno de los lugares más antiguos e históricamente significativos de Gran Bretaña. Forma la parte más antigua que se conserva del Palacio de Westminster, la sede del Parlamento británico, y es una obra maestra de la arquitectura medieval. Con una historia que se remonta a más de 900 años, la sala ha sido escenario de algunos de los eventos más importantes de la historia británica, desde banquetes reales hasta juicios y ceremonias de relevancia nacional. Representa la continuidad del gobierno británico y la justicia, impresionando a los visitantes con su majestuosa estructura y su pasado lleno de acontecimientos.
El Westminster Hall fue construido en 1097 durante el reinado del rey Guillermo II, también conocido como Guillermo Rufo, el segundo rey normando de Inglaterra. Formaba parte de un ambicioso proyecto para expandir el Palacio de Westminster como residencia real y centro administrativo. Originalmente, la sala, con unos 73 metros de longitud y 20 metros de ancho, era la más grande de su tipo en Europa, un símbolo del poder de los gobernantes normandos. Las paredes originales de piedra se han conservado hasta el día de hoy, aunque han sido reforzadas varias veces a lo largo de los siglos. En el siglo XIV, bajo el reinado del rey Ricardo II, la sala recibió su característica más famosa: el impresionante techo de armadura de madera de roble. Este techo, completado entre 1393 y 1399, fue diseñado por el carpintero real Hugh Herland y se considera uno de los techos de madera medieval más grandes del mundo. Se extiende por toda la anchura de la sala sin necesidad de columnas de apoyo, un milagro técnico que muestra la maestría artesanal de la época.
La función del Westminster Hall ha cambiado a lo largo de la historia. En la Edad Media, era el lugar central para banquetes reales, donde los monarcas mostraban su poder y generosidad. También se celebraron importantes juicios, ya que la sala fue el centro de la justicia inglesa hasta el siglo XIX. Entre los juicios más famosos se encuentra el proceso contra Sir Thomas More en 1535, condenado a muerte por resistirse a Enrique VIII, y el proceso contra el rey Carlos I en 1649, que terminó con su ejecución y el breve periodo de abolición de la monarquía. Más tarde, en 1801, se llevó a cabo el juicio contra Warren Hastings, acusado de corrupción en India, un proceso que duró siete años y volvió a poner la sala en el centro de atención.
Además de su función como sala de audiencias, el Westminster Hall fue escenario de ceremonias estatales. Desde el siglo XIII, ha sido utilizado para las llamadas ceremonias de "Lying in State", donde personalidades importantes son expuestas públicamente antes de su entierro. Entre las personas prominentes que han sido honradas aquí se encuentran la Reina Isabel, la Reina Madre, y Winston Churchill, convirtiendo la sala en un lugar de duelo y recuerdo nacional. También se llevaron a cabo banquetes de coronación, siendo el último en 1821 para el rey Jorge IV, antes de que la tradición se extinguiera.
La sala ha resistido numerosas tormentas históricas. Escapó de las llamas del gran incendio de Londres en 1666, pero sufrió graves daños en 1834 cuando un incendio destruyó gran parte del Palacio de Westminster. Gracias a los esfuerzos de los bomberos y a las robustas paredes de piedra, el Westminster Hall se mantuvo en gran parte intacto, mientras el resto del palacio fue reconstruido. Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba alemana golpeó el techo, pero la sala sobrevivió con reparaciones que conservaron su carácter original. Hoy en día, está integrada en el moderno Palacio de Westminster, con su entrada a través del New Palace Yard, y sirve como antesala para sesiones parlamentarias y eventos públicos.
Desde el punto de vista arquitectónico, el Westminster Hall fascina por su imponente tamaño y su delicado techo de armadura, cuyas vigas están decoradas con intrincadas tallas, incluyendo figuras de ángeles que parecen sostener el peso de la estructura. Las paredes llevan marcas de la historia, con placas conmemorativas y ventanas que recuerdan eventos importantes. La atmósfera en el interior es una mezcla de reverencia y silencio que transporta a los visitantes a otro tiempo. La sala está rodeada por la arquitectura neogótica del resto del palacio, incluida la Torre Elizabeth, resaltando su contexto histórico.
El Westminster Hall es más que un edificio: es un testimonio vivo de la historia británica, que une el poder, la justicia y la tradición. Para los visitantes, ofrece una rara oportunidad de entrar en un lugar que ha presenciado el desarrollo del país a lo largo de los siglos, desde la conquista normanda hasta la democracia moderna. Su importancia y belleza la convierten en una visita obligada durante cualquier viaje a Londres.